Al pie de una cuesta –la Sierrilla– abierto al noroeste y en terreno elevado, –zona de
Medina de Pomar– en el borde oriental del amplio
valle que forman los
ríos Trueba y Nela, en terreno desigual, está situado lo que queda de
SAN MARTÍN DE MANCOBO, a 11 km de Villarcayo y 86 de
Burgos, al que se llega por una
carretera reciente, sin asfaltar, que parte de la que une Medina de Pomar
con
Rosales.
Moneo,
San Cristóbal de Almendres, Valmayor de Cuestaurria;
Bóveda de la Ribera y Rosales al otro lado de los
montes, Medina de Pomar, Villacomparada de Medina y Bustillo de Villarcayo forman corona a su alrededor.
El 12 septiembre de 1189 encontramos ya su nombre escrito en la documentación del
monasterio de San Salvador de Oña y sus habitantes en 1752
declararon en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada que pertenecían al señorío del duque de Frías.
A mediados del siglo XIX, en 1848, contaba con 38 habitantes, según consta en el Diccionario geográfico de Pascual Madoz. No creció mucho, al revés que la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, a lo largo de la segunda mitad del siglo y presentaba en 1900 un censo de 43
personas, cifra que mantenía un poco aumentada en 1950 con 49, pasada la dura primera mitad del siglo XX. Pero, a partir de aquí, su disminución fue rápida, de tal forma que en 1970 ya no quedaba nadie en el
pueblo, por lo que Elías Rubio Marcos lo hace figurar en su libro “Los pueblos
del silencio”