Tal como señala el libro Becerro de las Behetrías de Castilla (1352) “este lugar es del Rey y fue siempre de los reyes”, situación que se mantuvo hasta que en 1369 Enrique II de Trastámara recompensó a su camarero Mayor Pedro Fernández de Velasco, dándosela en señorío, documento depositado en el
Museo Histórico de Las Merindades, ubicado en
Castillo de los Velasco.