¡Muy buenas estas letrillas, Antonio! Y tuve que recurrir al"mata burros", porque mi lenguaje no es tan amplio. Es muy penoso que el hombre no sólo descuida la naturaleza sino que la destruye, con este intercambio de especies, sacando lo que es autóctono. Y pensar que Dios pone todo a nuestro servicio, para que lo atendamos y nos beneficiemos con la maravilla que nos rodea. ¡Un abrazo! Zenón hoy retomó su trabajo.
NOEMI, algunas de esas tierras eran de mi Padre, tuvo que venderlas o mal venderlas, por la presión fiscal, hace unos meses, después de treinta y tantos años, fui a visitarlas, ¡no las conocía! Los cabezos, destrozados por los eucaliptos, parecían otros. Los caminos de herradura, desconocidos. Los olivos que dejaron, abandonados etc. etc. etc. Se te encoge el corazón y te vienes con lágrimas en los ojos. Por eso de estas letrillas. Un abrazo
¡Cuànta triteza, injusticia e impotencia, Antonio! Es en Cerro del Andèvalo? Te das cuenta, aves de rapiña, hay en todos lados, volando por los aires y tambièn caminado por las tierras para adueñarse de lo que pueden... ¡Un abrazo!
No podemos entender esos negocios, o estamos muy amarrados a nuestros terruños. Yo a veces no entiendo a los gobernantes, no ya en este asunto, sino en otros. Cuando el pueblo pide algo y todos lo ven justo, hacen lo contrario. Para que seguir, un abrazo