Ojala, Antonio, que mis letrillas de ahora en adelante puedan estar cargadas de alegría y no de esta profunda tristeza e impotencia. La gente afectada tiene una fortaleza increíble y un espíritu de solidaridad a toda prueba. Como la ayuda de bomberos no llegó a tiempo se defendieron como pudieron. Tampoco hubo presencia del Gobierno. Sólo se tiran la pelota para liberarse de culpas, los nacionales, los provinciales y los municipales, en lugar de juntarse y hacer algo por los necesitados. Aún en estas catástrofes, prima la lucha por el poder.
¡Un gran abrazo para todos vosotros!
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