En el margen izquierdo del
río Nela y junto a la
vía del antiguo ferrocarril “Santander-Mediterraneo”, en la
carretera que une Trespaderne con
Medina de Pomar, en terreno llano, está situado
MONEO, a 12 Km de Villarcayo y 82 de
Burgos. Lo acompañan formando corona a su alrededor Pradolamata,
San Cristóbal de Almendres, Valmayor de Cuestaurria, San Martín de Mancobo, Bustillo de Villarcayo, Paralacuesta y
Quintanalacuesta.
Aparece su nombre escrito por primera vez en la documentación del
monasterio de San Millán de la Cogolla el 6 julio de 1068 y muy pronto en la del monasterio de San Salvador de Oña en 1180. Con Bascuñuelos, Bustillo de Villarcayo y Villarán gozó de fueros, concedidos por don Diego López de Haro, al modo de los fueros de
Vizcaya, formando los llamados “aforados de Moneo”, que han llegado hasta nuestros días.
Sin embargo, en 1752 sus pobladores declararon que pertenecían únicamente al rey, como aparece en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada.
A mediados del siglo XIX poblaban el lugar 243 personas, según aparece en el Diccionario geográfico de Pascual Madoz. En línea con la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, creció a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y presentaba en 1900 un censo de 337 habitantes. No le fue tan bien en la dura primera mitad del siglo XX y descendió en 1950 hasta 307 personas. Y ha sufrido los efectos de la cruel emigración de la segunda mitad del siglo que lo han dejado reducido a 50 personas en el año 2000