El dolmen de La Nava Negra, como el de Las Arnillas, se sitúa al noreste de Moradillo de Sedano, en el fondo del valle del arroyo Sutiello, en el antiguo camino de Gredilla de Sedano a Poza, donde el arroyo une sus aguas a una pequeña fuente, hoy embalsada, cuyo topónimo, Fuente de la Nava Negra, da nombre al yacimiento.
El emplazamiento de este sepulcro, en el fondo de un apacible valle, al pie de un destacado promontorio y junto al manantial que le da nombre, difiere del habitual en los dólmenes loriegos, situados casi siempre en puntos culminantes del paisaje.
La Nava Negra es un sepulcro de corredor con una cámara redondeada de 3 metros de diámetro, delimitada por grandes ortostatos verticales y un pasillo de 6 metros de largo y escasa altura, orientado al sureste, al naciente solar.
En su restauración el acceso ofreció a los excavadores la oportunidad de comprobar que se hallaba completamente colmatado por bloques de caliza, sin materiales arqueológicos o restos humanos, de lo que se dedujo que en un momento dado habría sido bloqueado deliberadamente para impedir la entrada al panteón funerario. No conserva ninguna losa de cubierta.
Sin duda debido al intenso expolio sufrido a lo largo del último siglo, los hallazgos en el interior del sepulcro han sido muy escasos y de poca relevancia.
Dolmen de La Nava Negra en un paraje solitario, la majestuosidad formada por miles de años de historia.