Llegaba sin avisar casi todos los
veranos y como
bandera la
familia.
Se acompañaba siempre de algunas de sus hijas. Era tal su poder de comunicación, su familiaridad, el entusiasmo hacia Moradillo y sus primos de la zona que no le peocupaba dónde dormir.
Esa misma tarde me dijo que le entusiasmó la novela recién publicada de M. Delibes "El disputado voto del señor Cayo"
El resumen fue tan atractivo que " La guerra de nuestros antepasados" quedó en un segundo plano.
Subimos hasta la
fuente de la Higuera cascando sin parar. La nostalgia de visitar ciertos
rincones que fueron paraísos de su infancia me servían de tertulia prolongada.
Para tí Joaquín.
Gran descendencia primo y sobre todo un maestro de MAESTROS.
Lo confirma un servidor en tiempos difíciles.