Moraza es una pequeña localidad del municipio burgalés de Condado de Treviño, en la zona más meridional del Condado, casi en el límite con la provincia de
Álava.
Aparece su nombre escrito por primera vez en la Carta calagurritana del obispo Aznar, en el año 1257. Tenía jurisdicción de señorío, perteneciendo como todo el condado al señorío de Treviño.
Como lugar de paso entre los
puertos del norte y
La Rioja, notable fue la actividad mercantil en esta localidad, contando con unas ventas propias en las que los arrieros encontraban descanso y protección.
Hoy en día es una de las poblaciones más pequeñas del Condado. De su pasado y presente agrícola dan fe varios ejemplares de
casas de
labranza típicos de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX bien conservados. Estos grandes caserones acogieron todos los espacios necesarios para una explotación agropecuaria, por lo que es del todo recomendable caminar por sus callejuelas para descubrirlos.
San Juan Evangelista es el titular de su
iglesia, es un templo de pequeñas proporciones pero con bellísimos y potentes elementos de un
románico inicial, de principios del siglo XII. De esta primitiva
fábrica destaca especialmente el
ábside. De menores proporciones que el resto de la nave, es de planta cuadrada y está decorado con un sobrio
ventanal con
capiteles vegetales. Entre sus
canecillos, dos con modillones de diverso tamaño. La nave cumple las características del primer románico, si bien se perciben varias transformaciones. Uno de sus lados queda completamente oculto tras una construcción barroca distribuida en dos niveles, en su zona baja un
pórtico coronado por una bien compuesta y articulada
espadaña. Realmente es un conjunto rural con gran armonía y encanto.