La
Torre de Fresno de
Nidáguila se encuentra en el despoblado del mismo nombre, en pleno páramo de
Masa, a orillas del arroyo
San Antón, en las afueras de la localidad de Nidáguila.
Torre desconocida por hallarse en lugar tan apartado, cuyo
pueblo desapareció no hace mucho en el que aún pueden observarse los cimientos de las
casas. En la margen derecha del arroyo, al pie de la
sierra, se levanta la torre.
Formó parte del conjunto de
edificios, hoy día arruinados, que constituyeron el
convento de las comendadoras de Santiago. Muy cerca hay una
ermita, de la que se mantienen en pie algunos paredones.
A juzgar por los restos actuales parece que las edificaciones se hallaron dentro de un recinto tapiado (o
amurallado) que formaba un gran paralelogramo en el que había otro menor en donde se encontraba lo que llamaban “el
castillo”.
La torre es cuadrada (9,10 mts. de lado), de mampostería de escasa calidad, en la que sólo se aprecia una saetera en cada lienzo. Al Norte se abre la
puerta de ingreso, de
arco ojival, a unos cuatro metros del suelo, cuyo patín de acceso ha desaparecido.
El comunicante de Tomás López decía de Fresno: “Es mixto de realengo y señorío del duque de Medinaceli de cinco vecinos. La
iglesia se dice haber sido de Templarios tiene tres
puertas de arco devajo de la torre azia el Poniente.
Al norte una
fuente se llama del castillo. Tiene un torrejón que llaman el castillo con un foso y contrafoso, tuvo cerca un convento de Monjas que se fueron a
Santa Fé de
Toledo. Se dice que fue gran pueblo”.
Los vecinos de Nidáguila aseguran que se comunicaba con la fortaleza de Urbel. Sí es seguro que domina por completo el
valle por el que discurre la
vía que desde pleno páramo lleva a las orillas del Rudrón.
Quizá de los Templarios pasara a la Orden de Santiago, a la que pertenecen las Comendadoras de Santa Fe, suponiendo que estuviera levantada a principios del s. XIV.