... Y sus gentes se marcharon, emigraron a otros lugares porque ese era su destino; otros se fueron para siempre. Y sus pequeñas propiedades, abandonadas, quedaron a merced de los efectos devastadores del olvido, del paso de los tiempos, de las
lluvias de los vientos, del capricho de las condiciones afmosféricas. Sus
casas se hundieron, como se aprecia en la imagen, dejando al descubierto la austeridad y la fotaleza de aquellas gentes que con sangre, sudor y lágrimas fueron capaces de levantar
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