Después de la primera cancela, la
fachada muestra restos de la original construcción
románica, el
pórtico y la
ventana de la izquierda así lo atestiguan. En el interior, se destacan las pinturas
gótico-flamencas atribuidas a Fray Alonso de
Zamora y, entre ellas, son apreciables diversas muestras heráldicas que se repetirán con profusión en el templo y que hacen alusión a los condes fundadores, Sancho Garcés III de Pamplona, Sancho II de Castilla, así como un
escudo único con las armas de los Reyes Católicos.