Seguidamente se entra en la inmensa
capilla, auténtica joya de la
iglesia, coronada por una atrevida
bóveda estrellada de 400 m², construida por Fernando Díaz hacia 1460. siglo xviii se abre en su frente un
ábside con objeto de albergar el cuerpo de
San Íñigo. Alrededor de la capilla principal, se encuentra la sillería del
coro de doble piso, de estilo
gótico y tallada en madera de
nogal por Fray Pedro de
Valladolid, del siglo xv. A ambos lados, y del mismo autor, sobresale el panteón real y condal, bellísima obra gótico-mudéjar.