Las instalaciones se dedican a Colonia Agrícola para Vagos y Maleantes. Durante la guerra civil de 1936-1939 las instalaciones son tomadas por el bando nacional y lo utilizan como
Hospital de Guerra, aprovechando su situación junto al ferrocarril Santander-Mediterráneo. Al finalizar la contienda se devuelven las instalaciones a los jesuitas que vuelven a instalar en ellas el "
Colegio Máximo".