Cuando la Villa comienza su ascensión en la
Historia de Castilla es a partir del año 1.011, cunado el Conde castellano don Sancho García funda en ella el
Monasterio de
San Salvador. Con el tiempo éste habría de convertirse en el cenobio más poderoso de Castilla, tanto desde el punto de vista espiritual como económico, al tener bajo su dominio más de 300
iglesias y de 200 villlas. Sus posesiones se extendían desde el Cantábrico hasta el Arlanzón, y desde el Pisuerga hasta las provincias de
Huesca y
Zaragoza.
Reflejo de esta autoridad es el
monumental templo que hoy en día se puede contemplar.