En la parte menos agraciada del
valle del Mena, alejado de todas las rutas de comunicación, a considerable altura, sin
carretera, cercano al arroyo del Romerín, afluente de Cadagua y en terreno desigual, está situado
OPIO DE MENA, a 12 Km de Villasana, 48 de Villarcayo y 123 de
Burgos.
Le dan escolta a su alrededor
Menamayor,
Santa Cruz de Mena y su despoblado de Llano, el despoblado de
Río de Mena,
Santecilla, desde donde se llega por un
camino intransitable para un
coche normal siguiendo el curso del arroyo,
Gijano, Nava de
Ordunte,
Ungo,
Maltrana y
Entrambasaguas.
Desconozco el momento en que su nombre aparece escrito por primera vez en tiempos antiguos, pero sus pobladores declararon en 1752 en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada que pertenecía únicamente al rey, es decir, era lugar de realengo.
En el año 1848 contaba con 30 habitantes, según declara Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. A diferencia de la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, llega al año 1900 con las mismas personas: 31. Su situación geográfica ha hecho que en el año 1996 habiten el lugar tan sólo
dos personas.