La
naturaleza y el proceso erosivo nos deparan a veces sorpresas inesperadas: estas
rocas de caliza nos hacen pensar en dos camellos que se besan en el páramo burgalés transformado en
mapa de África.
Orbaneja del Castillo es uno de los
pueblos más espectaculares de "la piel de
toro", sobre todo en
primavera cuando el
agua de las
cascadas que lo atraviesan tiene un importante caudal.