Este torrente burgalés nace, corre, salta y muere en unos pocos segundos. Surge de la
cueva del
Agua en
Orbaneja del Castillo y nada más ver la luz, atraviesa el
pueblo a toda velocidad precipitándose al Ebro en forma de
cascada con 25 metros de caída. Todo esto ocurre en un recodo del cañón del Ebro, un gigantesco y serpenteante foso de 200 metros de profundidad que ha excavado el gran
río en los páramos calizos del norte burgalés.
No hay duda de que la cascada es la imagen más icónica de Orbaneja del Castillo. De hecho, si existe algo parecido a un turismo de
cascadas, tiene en este municipio de la comarca burgalesa de Páramos uno de sus destinos más destacados. La cascada brota de la Cueva del Agua a más de 20 metros de altura, en la base del
circo rocoso que abraza al pueblo, proveniente de un acuífero localizado en el subsuelo del Páramo de Bricia, y salta por todas partes, divide el pueblo en dos mitades, la Villa y la Puebla, y desciende entre las
casas de
piedra, generando una escena de lo más fotogénica.