Desgraciadamente, en la segunda mitad del siglo XX, el número de residentes se redujo considerablemente, contabilizándose en 2020 únicamente 47 habitantes. Fue declarada Conjunto Histórico-artístico en el año 1993 por su patrimonio, por su arquitectura popular y su característico paisaje kárstico modelado por el agua, convirtiéndose en un centro de turismo importante.