La
cascada más espectacular es la que está a los pies del
pueblo, con una caída de 25 metros de altura. Siempre tiene
agua; tiene un caudal permanente de doscientos litros por segundo, aunque en épocas de fuertes
lluvias y deshielo el espectáculo visual y sonoro es indescriptible. Vemos las paredes rocosas con musgos y líquenes que favorecen el depósito del carbonato cálcico que da lugar a las tobas o
rocas porosas, tan típicas de Orbaneja, como ya hemos comentado.