Lo que si es más seguro es que en la localidad convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos. Se conoce la existencia de una aljama de la que no quedan restos, pero sí conserva la villa el nombre de una de sus
calles,
calle Almojada, en la parte alta del
pueblo, y tal vez pueda hacer referencia a la aljama que dicen que existió, ya que documentación sobre ella no se conserva.