Ubicado casi en la frontera con
Cantabria, destaca por sus características inigualables. El
pueblo es conocido por su
cascada de 25 metros de altura que surge de la
Cueva del
Agua y atraviesa el pueblo hasta llegar al
río Ebro. Coqueto, empinado, un pintoresco entramado
medieval y una cascada que incluso llega a rozar las
fachadas de las
casas.