Orón presume de belén Año 2008-2009
Un año más ha sido un grupo de jóvenes del pueblo los que han creado este nacimiento de importantes dimensiones
Casi ningún vecino del pueblo quiso ayer perderse la inaugur
ación de este impresionante belén.
TruchueloG. A. T. / Miranda de Ebro
Había expectación en la mañana de ayer en la iglesia de Orón antes de la misa de las 12,30. Justo una hora después, y tras la bendición de don Deodoro, el nuevo párroco, todos los vecinos que acudieron al templo vieron cumplidas sus expectativas: el belén navideño creado por un grupo de jóvenes del pueblo se superó un año más.
Como cada Navidad desde hace más de una década un grupo de chavales de entre 17 y 20 años se encargan de realizar en los días previos a las fiestas el tremendo belén que lucirá en el templo hasta el día 11 de enero y que puede ser visitado de 13,30 a 14,00 y de 16,30 a 17,30 horas.
Un bello resultado que no ha estado exento de complicaciones como ayer explicaron estos jóvenes. «Hemos trabajado durante tres semanas, algunos días entrando a la iglesia a las ocho de la mañana y saliendo a las dos de la madrugada, aquí hemos cenado y todo», decían. Y es que el trabajo ha sido duro, «aunque nos hemos divertido», confesaban.
El detalle es total en todo el belén que cuenta con decenas de figuras que en muchos casos han tenido que restaurar. Luego hay diversas escenas típicas de los belenes, en este caso además con figuras con movimiento, y con el guiño al pueblo, cuya iglesia, plaza y Ayuntamiento se pueden ver a la perfección en el trabajo, y en el caso del templo hasta con la torre llena de campanas volteando.
El belén sorprendió a todos, especialmente a los más pequeños que se quedaron impresionados por la cascada, el río y el pozo, en el que incluso había algunos peces nadando. «Lo de el agua también ha tenido sus momentos complicados, porque trabajar con tanta agua y con los aparatos eléctricos… ya nos hemos llevado algún chispazo, y un día tuvimos una fuga que casi llega al altar», comentaban.
Las felicitaciones fueron muchas. «Os ha quedado mejor que nunca», les decía una señora. Un premio a un trabajo que les ha llevado a podar plantas, levantar piedras, reconstruir edificios… «todos hemos sido en algún momento fontaneros, electricistas, mulas de carga, marqueteros…», decían. Una tradición, que requiere relevo, cómo no, en otros jóvenes del pueblo.
Un año más ha sido un grupo de jóvenes del pueblo los que han creado este nacimiento de importantes dimensiones
Casi ningún vecino del pueblo quiso ayer perderse la inaugur
ación de este impresionante belén.
TruchueloG. A. T. / Miranda de Ebro
Había expectación en la mañana de ayer en la iglesia de Orón antes de la misa de las 12,30. Justo una hora después, y tras la bendición de don Deodoro, el nuevo párroco, todos los vecinos que acudieron al templo vieron cumplidas sus expectativas: el belén navideño creado por un grupo de jóvenes del pueblo se superó un año más.
Como cada Navidad desde hace más de una década un grupo de chavales de entre 17 y 20 años se encargan de realizar en los días previos a las fiestas el tremendo belén que lucirá en el templo hasta el día 11 de enero y que puede ser visitado de 13,30 a 14,00 y de 16,30 a 17,30 horas.
Un bello resultado que no ha estado exento de complicaciones como ayer explicaron estos jóvenes. «Hemos trabajado durante tres semanas, algunos días entrando a la iglesia a las ocho de la mañana y saliendo a las dos de la madrugada, aquí hemos cenado y todo», decían. Y es que el trabajo ha sido duro, «aunque nos hemos divertido», confesaban.
El detalle es total en todo el belén que cuenta con decenas de figuras que en muchos casos han tenido que restaurar. Luego hay diversas escenas típicas de los belenes, en este caso además con figuras con movimiento, y con el guiño al pueblo, cuya iglesia, plaza y Ayuntamiento se pueden ver a la perfección en el trabajo, y en el caso del templo hasta con la torre llena de campanas volteando.
El belén sorprendió a todos, especialmente a los más pequeños que se quedaron impresionados por la cascada, el río y el pozo, en el que incluso había algunos peces nadando. «Lo de el agua también ha tenido sus momentos complicados, porque trabajar con tanta agua y con los aparatos eléctricos… ya nos hemos llevado algún chispazo, y un día tuvimos una fuga que casi llega al altar», comentaban.
Las felicitaciones fueron muchas. «Os ha quedado mejor que nunca», les decía una señora. Un premio a un trabajo que les ha llevado a podar plantas, levantar piedras, reconstruir edificios… «todos hemos sido en algún momento fontaneros, electricistas, mulas de carga, marqueteros…», decían. Una tradición, que requiere relevo, cómo no, en otros jóvenes del pueblo.