Construida en lo alto de la
montaña, a finales de 1.700, con el fin de evitar la previsible invasión por parte de
Francia. Mas tarde fué tomada por estos y fué una
plaza fuerte en la retirada y expulsión de los Franceses de
España.
Era una auténtica ciudad amurallada, con un kilómetro de largo e innumerables construcciones y
cuevas habitables. Finalmente fué dinamitada, pero es perfectamente reconocible sus formas. Está habilitada para visitas libres y en la antigua carcel de
Pancorbo, hoy centro de visitantes, hay buena documentación para recrearse en la visita.