Está construida en la cima que lleva su nombre. Parece ser que el lugar donde se situaba era sagrado anteriormente. Así lo atestiguan las tumbas de la Edad del Bronce y del Hierro encontradas en el entorno. A su vez estas necrópolis se incluyen dentro de poblados fortificados junto a la
ermita, en la ladera norte, teniendo defensas concéntricas y muros de
piedra.
Por otro lado hay que señalar que la veneración a
San Formerio proviene de tiempos
medievales, estando sus reliquias en una urna con sillares, que se encuentran, al igual que un deteriorado sepulcro del
santo del siglo XVI, en el interior del templo. Además en las cercanías brota una
fuente cuyas
aguas poseen propiedades curativas. Según la
tradición este manantial surgió por la pisada del
caballo que montaba el santo.