Cercano a la ciudad, pero oculto tras una alta loma, en un vallejo del páramo que forma el arroyo del Páramo, afluente del Úrbel, como final de una
carretera que parte desde
Quintanadueñas, a la izquierda, y en terreno desigual, encontramos a PÁRAMO DE ARROYO, a 10 Km de
Burgos.
Se encuentra rodeado por
Villalonquéjar, Villagonzalo Arenas, Quintanadueñas,
Arroyal de Vivar,
Marmellar de Abajo y
Villarmentero.
En fecha muy antigua, el 3 febrero de 961 ya encontramos su nombre escrito en la documentación del
monasterio de
San Pedro de Cardeña. Gozaba de la protección del rey, es decir, era lugar de realengo, según declararon sus pobladores en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752.
El número de sus habitantes ascendía a 107 en el año 1848, según testimonio de Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. En línea con la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, creció a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX hasta llegar a 119 personas en 1900. Siguió creciendo en la dura primera mitad del siglo XX y presentaba en 1950 un censo de 167 habitantes. Pero, a pesar de la proximidad de la ciudad, ha hecho estragos en él la cruel emigración de la segunda mitad del siglo, que termina con 22 personas en el año 2000.