En sus tierras, sobre la loma, está la ciudad de Clunia Sulpicia. Estuvo habitada por arévacos, en la Edad de Hierro, de la que quedan alguna estela y un ara dedicada al dios celta Aiiragato.
Pero en el siglo primero se convirtió en colonia y capital del imperio
romano, llegando a tener 30.000 habitantes. Ocupaba una gran extensión de la que se han excavado muy pocas cosas. Se conserva el
teatro, dos templos: uno a Neptuno y otro a Júpiter, un ara dedicada a Fortuna,
mosaicos,
columnas, abundante
cerámica, monedas acuñadas aquí. Se ha descubierto el sistema de
aguas en el subterráneo, en la llamada “
cueva de Román”.
Hay también un vaso de vidrio paleocristiano con crismón, de la segunda mitad del siglo IV y una
hornacina avenerada visigótica (en el
museo de Clunia).
Todo ello en los yacimientos catalogados en sus tierras: cuatro
Romanos, uno posiblemente Paleolítico y otros dos más, posiblemente Romanos.