El
castillo de Peñaranda es una gran fortaleza que domina de forma clara el
caserío. Aunque las primeras defensas de Peñaranda pudieron ser levantadas de forma simultánea a su repoblación, la mayoría de lo actualmente conservado debe atribuirse al primer conde de Miranda, entre mediados y finales del siglo XV. Presenta una gran similitud con otros
castillos de la comarca ribereña, como los de Peñafiel y Gormaz, y también repite el ventajoso emplazamiento entre un
monte y un
río, como se observa en
Burgos, Frías o Castrojeriz. Su planta alargada y quebrada se adapta de forma perfecta al escarpado roquedo sobre el que se asienta, la famosa Peña de Aranda, ocupando aproximadamente la mitad occidental de la misma. La
puerta de acceso se halla al Este, separada del resto por un foso excavado en la
roca viva.
Se cree que en este lugar pudo hallarse el castillo primitivo, entre otras razones porque, junto a los cubos que defienden la entrada, se encuentra otro más pequeño y macizo adosado al Sur con una función no muy clara. Antiguamente, el foso se salvaba por un
puente levadizo y se pasaba al interior a través de una pequeña puerta de
arco ojival.
En el conjunto fortificado, destaca la céntrica y sólida
torre del
homenaje, de finales del siglo XV. Consta de planta baja y tres pisos. En la actualidad, su acceso se realiza por el Este a través de un arco ojival situado en el primer piso, al que se llega mediante una
escalera metálica de reciente factura. Los paramentos son ciegos, a excepción del lienzo que mira a Peñaranda, en el que aparece en altura un ajimez, dos en la segunda planta y un pequeño vano en la última. La torre se remata con el almenado. La solidez, proporción y esbeltez de la misma la convierten en una de las más equilibradas y airosas de la provincia de Burgos. En toda la construcción predomina la mampostería, a excepción de los ángulos y coronamiento de la torre y las dovelas de las
puertas, que son de buena sillería.
En el siglo XVII, la fortaleza debía estar deshabitada y prácticamente inservible, lo que aconsejaba a su propietario, el conde de Miranda, la utilización del
palacio que poseía en la villa como depósito de armamento. A pesar de este posible abandono, su monumentalidad y calidad constructiva le permitieron llegar al siglo XX con el suficiente vigor y presencia como para ser considerado uno de los castillos más impresionantes de la provincia de Burgos, lo que le granjeó la declaración de
monumento histórico-
artístico en 1931.
En el interior de la torre del Homenaje se ha instalado el Centro de Interpretación de los Castillos. El Centro se distribuye en las siguientes plantas:
A la entrada nos encontramos con el mostrador de recepción e
información específica sobre
Peñaranda de Duero. Mediante un programa informático se facilitan datos sobre la
Historia de Peñaranda, servicios y espacios de interés turístico.
En el sótano los visitantes podemos tener una visión de los diferentes usos que se le podían dar: mazmorra, almacén, aljibe.
Sala Primera:
A través de paneles explicativos y proyección de un audiovisual podemos tener un acercamiento a los hechos, circunstancias y personajes que se relacionan con lo que se ha denominado como la “línea defensiva del Duero”
Se concibe esta sala como espacio para la introducción a la función fronteriza del rio Duero entre los siglos IX al XII, el origen de los puestos defensivos y los procesos en el asentamiento y repoblación de la
cuenca dentro del Condado de Castilla.
Sala Segunda:
Podemos apreciar recreaciones en maqueta de algunos artilugios de ataque como trabuquetes o
torres de asalto y de un ficticio asedio y ataque al Castillo de Peñaranda de Duero. También podemos ver un visual sobre las técnicas de los asedios y las batallas.
Sala Tercera:
En esta planta nos acercan a los aspectos referentes a la proyección y construcción de los castillos. Se puede apreciar: materiales empleados, herramientas y tecnología aplicada en la época, los procesos de diseño y construcción, los oficios relacionados y la evolución arquitectónica y estilística.
Sala Cuarta:
En este espacio el CIC muestra como era la vida en un castillo. Una zona de la sala estará dedicada a la vida
militar en el castillo y se podrán observar y conocer algunos de los elementos propios del equipamiento bélico (armadura, cota de malla, sobrevesta,
escudo, espada, lanza, maza…) También podemos ver la evolución de
arte y el conocimiento en la transición de la Edad Media al Renacimiento.
Sala Quinta:
Sala de
Exposiciones Temporales y Actividades Paralelas.
Mirador:
Para culminar la visita podemos apreciar desde la azotea la configuración urbanística de Peñaranda en la época de referencia en relación a los aspectos sociopolíticos (trazados, defensas, representación arquitectónica del poder y la justicia, el mundo extramuros). Este espacio servirá también para observar otras fortificaciones cercanas a esta población.