El pueblo tiene auténtico sabor castellano, declarado conjunto histórico-artístico, conserva su aspecto medieval, con restos de la antigua muralla que rodeaba el pueblo, la plaza de los condes de Miranda nos muestra a su alrededor y sin movernos del sitio, el Palacio de Avellaneda, la iglesia de Santa Ana, el rollo gótico, una bonita casa con soportales y entramados de madera, y al fondo, en lo alto, la silueta inmutable del castillo.
El rollo gótico situado casi en el centro de la plaza de los Condes de Miranda fue trasladado ahí en 1959 como elemento decorativo del centro de la Villa. Con anterioridad, este símbolo de la Justicia se erguía fuera de las murallas com signo inequivoco de orden. De traza ojival, es el único rollo de la provincia de Burgos catalogado como conjunto histórico artístico.