Se encuentra a 18 km de Medina de Pomar.
Perex fue habitado desde tiempos prehistóricos, como lo demuestran abundantes restos de
cerámica de aquella época remota, y también por los
romanos (se han hallado monedas del siglo II). Posteriormente perteneció a la Junta de
Oteo.
En el núcleo, con abundantes muestras de apellidos vascones, se mantienen buenas
casas de mampostería y
piedra sillar. Una de ellas rehabilitada funciona hoy como
centro cultural.
En el centro del núcleo urbano hay una
fuente pública fechada en 1882 y un
juego tradicional de bolos. También se conserva un
potro restaurado.
Su
iglesia parroquial, consagrada a la Purificación y reconstruida con buen gusto, muestra, como cubierta, una gran artesa invertida de madera de gran efecto y calidez. Interesante imagen de la
Virgen.
Hasta hace no muchos años existió una tejera. Desde ella, Cándido Bollar se esforzaba por dar a conocer el nombre de Perex gracias a su habilidad como alfarero.
Aún siguen festejándose las Candelas el segundo fin de semana de septiembre.
A unos dos kilómetros al noroeste, al norte del
pueblo y entre un extenso
pinar hay una de las mejores loberas de la región, una enorme trampa conformada por dos grandes muros de mampostería que convergen en un foso la cual aún se conserva en buen estado. Se trata de la lobera “La Barrerilla”, de casi medio kilómetro de longitud. También existen restos de cabañas de pastores.
En el
camino de Perex a
Paresotas: se pasa por las inmediaciones del
molino de
Momediano. También de camino a Paresotas se pasa por la
ermita de Ntra. Sra. De Castro, también conocida como
Santa Petronila, de estilo
románico. El lugar fue elegido por los concejos de los
pueblos limítrofes para celebrar determinadas
reuniones o juntas.