El 1 de noviembre de 2004 pude entrar en la
iglesia, cual fue mi sorpresa de encontrarme unas tallas de madera preciosas sin policromía, por el abandono y
exposicion al
agua, en el suelo sin ninguna protección al pillaje siendo de un tamaño y peso muy manejable, pasando por la
puerta de un muro de ladrillo me llevo la sorpresa que la parte del
abside se encuentra con la cubierta caida con exposición al agua de restos de
retablo y otros restos de interés en madera policromada. ¡cuidemos nuestro patrimonio!