ERMITA TEMPLARIA EN LA BUREBA
En el corazón de la burgalesa comarca de La Bureba y no muy lejos del venerado
santuario de Santa Casilda, la localidad de
Piérnigas alza su
caserío en una zona en la que predominan los fértiles
campos de cereal. A un poco más de un kilómetro del
pueblo se descubre la ermita de
San Martín. Además de por su aislamiento este original templo
románico, fechado entre finales del siglo XII y principios de la siguiente centuria, llama la atención por la pureza y sobriedad de su
arquitectura y por la total ausencia de cualquier elemento escultórico o decorativo.
Este aire sobrio y de indiscutible aspecto
militar, además de la repetición en los sillares de la Pata de Oca habitual marca de cantería del Temple, han hecho pensar a algunos investigadores —entre ellos el prestigioso sacerdote burgalés Luciano Huidobro— en que fuera una
iglesia dentro de la órbita de la Orden de los Templarios.
Para algunos investigadores la ermita de San Martín es el único resto conservado del despoblado de Villaverde que, al igual que Piérnigas, estuvo casi siempre bajo la órbita del cercano y poderoso
monasterio de San Salvador de Oña. Incluso en un documento del citado cenobio benedictino, fechado el 26 de agosto de 1066, el rey Sancho II de Castilla otorga a su abad, el futuro San Íñigo, el derecho a poblar la villa de ‘Pernecas’.
Cómo llegar
Hay que salir de
Burgos por la
carretera de Poza de la Sal, BU-V-5021, y nada más pasar Rublacedo de Abajo desviarse por la BU-V-5104, con dirección a Quintana-Urria y
Rojas. Tras atravesar esta última localidad y ya en Piérnigas, una señalizada pista asfaltada, enfila, por la izquierda, hacia la ermita de San Martín.