PENUMBRA ROMÁNICA La ventana del abside de la ermita de San Martín, PIERNIGAS

PENUMBRA ROMÁNICA
El interior de la ermita de San Martín en Piérnigas (Burgos) solo se ilumina por la escasa luz que penetra por la saetera del ábside y el óculo de la portada. Parece que los constructores quisieron crear un ambiente intimo y misterioso. Además de por su aislamiento este original templo románico, fechado entre finales del siglo XII y principios de la siguiente centuria, llama la atención por la pureza y sobriedad de su arquitectura y por la total ausencia de cualquier elemento escultórico o decorativo. Este aire sobrio y de indiscutible aspecto militar, además de la repetición en los sillares de la Pata de Oca habitual marca de cantería del Temple, han hecho pensar a algunos investigadores —entre ellos el prestigioso sacerdote burgalés Luciano Huidobro— en que fuera una iglesia dentro de la órbita de la Orden de los Templarios.
En la penumbra se distingue la bóveda de medio cañón, reforzada por dobles arcos fajones que cubre los tres tramos en los que se divide la nave. Un estrecho arco triunfal, con cuatro roscas sobre robustos pilares, da paso a la cabecera. Mientras el primer tramo recto, que se corresponde con el presbiterio se cubre con bóveda de cañón, el ábside luce el clásico cascarón.