Enmarcado entre las altas cumbres de la
sierra y rodeado por extensos bosques autóctonos, este
pueblo manifiesta en sus numerosas casonas el esplendor que tuvo desde la Edad Media como importante centro ganadero.
Destacan las espléndidas casonas construidas por los ricos señores ganaderos que se establecieron en la villa, núcleo fundamental de la
ganadería trashumante de la zona. Son
edificios aislados, de gran solidez y sobriedad de formas, tan sólo contrarrestada por el
color rojizo intenso de los sillares de arenisca que componen sus muros. Se pueden observar también las típicas
casas serranas con sus características
chimeneas troncocónicas encestadas. También en este mismo
barrio se alza la
iglesia de
San Esteban, que conserva de su original
fábrica románica el
ábside, parte de los muros y una preciosa galería porticada. El resto del
edificio y la
torre responden a una transformación posterior.
Pineda de la Sierra es un excelente punto de partida para la realización de
excursiones a las sierras de Demanda y Mencilla y por la
Vía Verde de la Demanda que atraviesa el pueblo.