Por Pedro Lozano
Huerta
Rodeada por las
casas del
pueblo está su
iglesia, dedicada a la Asunción de Nuestra Señora,
gótica, de tres naves con haces de
columnas, buenos
capiteles corridos y
bóvedas
estriadas de
piedra. El
ábside es rectangular, bajo la
torre. La
portada, excelente, es renacentista avanzada, con
arco de medio punto, alta, de la
Escuela de Juan Vallejo, profusamente decorada, con columnas, pilastrones, con dos
hornacinas vacías, frontal sin imágenes,
frontón con venera vacía, y relieves figurados, rematada en pequeña
espadaña decorada con relieves de la Asunción y frontón rematado en
cruz y pináculos. Y la torre es cuadrada, con gárgolas y rematada en pináculos, con cuatro huecos, dos
campanas y dos campanillos.
La
pila es
románica con
arcos en relieve, tipo
piscina, poligonal; y el
retablo mayor, bueno, es clasicista, de José Rodríguez y Martín Martínez, en 1651, con relieves. En otro barroco hay una
Virgen sedente con Niño del siglo XIII. Tiene
púlpito de piedra.
Sus libros parroquiales comienzan en el año 1537.
Fue hito importante en la calzada
romana que unía Clunia con Pisoraca, y se han hallado monedas y restos de estelas
romanas. Hay también restos vaceos, de la Edad de Hierro, en dos castros diferentes.
Y conserva el tipismo de sus
danzas.