Tanto el almacen de sal de Trascastro como el de La Magdalena se construyeron a finales del siglo XIX por parte del Estado con el apoyo de la corona de los Borbones a estas salinas. La sal que se producía en este
valle era controlada por la Hacienda Pública tanto en su distribución y venta a las provincias de los antiguos reinos de Castlla y
León. Su estrucrtura robusta se debía a que en estos almacenes se llegaron a depositar hasta 3.000.000 kg de sal.