La
Muralla definió durante siglos el espacio urbano de la villa de
Poza de la Sal. Si en un principio tuvo carácter defensivo, con el paso de los siglos tuvo sólo una función de control de los productos comerciales y también de las epidemias.
El lienzo sur se conserva completo en todo su trazado, desde el sector más alto llamado popularmente
Paseo de la Reina, junto a las
ruinas de la
ermita de
San Juan y del
palacio del Marqués de Poza, hasta su extremo en la
calle llamada La Ronda. En este tramo de la muralla se conservan tres
puertas, a lo largo de la calle La Red, de distinta época y
fábrica:
Arco de
las Eras, en la parte más alta junto a la
fuente el Berro, la más antigua, con doble arco ojival; Arco del
Ayuntamiento, que se abre en 1741 para comunicar la
Plaza de la Villa con la Plaza Nueva; y el Arco de la Concepción o
Puerta del Conjuradero, puerta principal de la Villa, entre la Plaza Nueva y la Plaza Vieja, remodelada en 1694, desde cuyo
balcón construido sobre el arco de medio punto los sacerdotes conjuraban los nublados que amenazaban las cosechas y, sobre todo, la producción salinera.
El lienzo norte se conserva parcialmente. Tiene su extremo frente a la
Casa de Administración de las Salinas, y aquí queda el testigo en el paramento de la desaparecida puerta de la muralla llamada de la Fuente Vieja, que facilitaba el acceso a las salinas y al complejo de manantiales,
lavaderos y
abrevaderos conocido como Fuente Vieja o Fuente Buena. Algunos especialistas opinan que en esta zona, extramuros, podría haber estado ubicado el
barrio judío. La muralla presenta en todos los lienzos conservados elementos arquitectónicos como las torrecillas o garitones sobre modillones, rematados por una especie de matacanes a modo de
arcos geminados, a los que se atribuye una cronología correspondiente a los siglos XIV y XV, y que también aparecen en el
Castillo de Poza de la Sal o de Los Rojas. Sin embargo es preciso considerar que pueden consistir en modificaciones y remodelaciones introducidas en la época señalada, y que no afectan por tanto al establecimiento de una cronología anterior para el inicio de su construcción, probablemente del siglo XIII.