Sus habitantes celebran su fe en una
iglesia dedicada a
San Cosme y San Damián,
gótica, de la segunda mitad del siglo XIII, de tres naves con
columnas en haz,
capiteles corridos y
bóvedas estrelladas de
piedra, con dos
capillas laterales en
cruz griega y otra
capilla añadida del siglo XVI; de 600 m² y 14 de altura. El
ábside es poligonal con contrafuertes. Y la
portada es clasicista, de 1655, con
puerta adintelada, columnas estriadas con capiteles,
frontón partido y dos
hornacinas con los
Santos Patronos, remate de bolas y ático, bajo un gran
pórtico de medio punto con casetones. Y la
torre es rectangular, con
alero moldurado y pequeña
espadaña, con cinco huecos, dos
campanas y un campanillo. Toda la iglesia está declarada B. I. C. desde 1974. La
pila es gótica con gallones biselados y pie cilíndrico; y el
retablo mayor es barroco, de 1710, de los hermanos Cortés. Tiene otros dos buenos
retablos renacentistas, de Amrique en 1533 y Juan y Simón de Bueras, recientemente restaurados. Toda la iglesia es arquitectónicamente interesante. Tiene sillería coral,
órgano barroco, urnas
romanas, buena imaginería.
Sus libros parroquiales comienzan en 1578.
Tiene dos
ermitas; una dedicada a Nuestra Señora de Pedrajas, a 1 km del
pueblo, barroca, con espadaña, retablo barroco salomónico con camarín, del siglo XIII, como la imagen de la
Virgen. Y otra dedicada al
Santo Cristo, con espadaña y retablo barroco. Queda gran parte del
edificio de un
convento franciscano del siglo XV, dedicado a San Bernardino, suprimido en 1835. Sobre él, de modo exhaustivo, y también sobre Poza, tiene escrito un libro Feliciano Martínez Archaga, durante muchos años párroco del lugar.
Quedan los restos de un
castillo estrecho y alargado sobre la
roca que domina el pueblo, acomodándose a ella. Los restos actuales son del siglo XV, edificado sobre fortalezas anteriores. Fue declarado B. I. C. en 1949. Hay importantes vestigios
romanos: monedas, restos de
estatuas, inscripciones y dos templos con aras de dedicación (ahora en el
Museo Provincial de
Burgos), así como restos de un
acueducto y una calzada que, sin duda, uniría Salionca con Virovesca. Hay también un sarcófago paleocristiano, tallado solo en las caras mayores, también en el Museo Provincial. Quedan restos de la antigua
muralla, entre los que sobresale el
arco del Conjuradero. Su
casco antiguo es B. I. C. desde 1982. Tiene un interesante tejido de
calles medievales, muchas con
soportales. Y varias
casas con
escudos blasonados.