Este verano estuve una manana en Pradanos -esto de escribir en teclados de lenguas no castellanas es un engorro- con mi hermano Juan Carlos. Es un bello pueblo aunque se muere cuando caen los rigores del verano. Triste destino el de estos pueblos bellos de nuestra incomparable y austera tierra.
Volvemos a lo de siempre: quien se arriesga a apartarse de las vias de comunicacion y asentarse en pueblos apartados viviendo como si fuese un ermitano?
Volvemos a lo de siempre: quien se arriesga a apartarse de las vias de comunicacion y asentarse en pueblos apartados viviendo como si fuese un ermitano?