En este
sendero, la frondosidad del hayedo da paso a un expléndido
mirador natural sobre buena parte de la
sierra de La Demanda, la
Cruz de Guirnaldo, desde donde el
paisaje se muestra grandioso.
Como el resto de los
senderos tanto la
primavera como el
otoño son
estaciones propicias para caminar, los contrastes cromáticos son constantes y la diversidad de la
flora llena de interés cualquier
paseo.
El
pinar también se hace presente, en este caso a base de
pino negro, entre abundantes mostajos y abedules.