Se alza imponente sobre el
puente natural desde el siglo XI, motivo por el que ha sido incluida como Bien de Interés Cultural. Los restos más antiguos que se conservan son románicos, pero con el paso del tiempo se fueron añadiendo otros estilos arquitectónicos. De esa época lo que más llama la atención es la
portada, con su tímpano decorado con una primitiva imagen de
San Jorge luchando contra el
dragón.