La
parroquia de
Quintanamanvirgo está bajo la advocación de los
Santos Facundo y Primitivo, dos santos de devoción exclusiva de la orden de los monjes benedictinos. Esta Orden aparece asentada en la zona desde el año 937, momento en el cual el repoblador Diego Ródaniz dona a los monjes del
monasterio de Arlanza el Monasterio de
San Andrés de Boada para que recen por él y su mujer. La dinámica del monasterio se haría presente en Quintanamanvirgo no sólo en lo religioso, sino también en lo material por donaciones y compraventas.
Se trata de una
iglesia que ha sufrido varias ampliaciones y demoliciones, con lo cual ha queda espaciosa pero sin un estilo de edificación definido, salvo su esbelta
espadaña.