Quintanarraya es un pequeño
pueblo del sur de
Burgos que se encuentra en la transición entre los
paisajes de la Ribera del Duero y de la
Sierra de la Demanda, junto a la orilla de los
ríos Dor y
Arandilla, rodeado de un suave
paisaje en el que se alternan las tierras de cereal y los
montes en los que crecen encinas, sabinas albares y quejigos
En el llamado alto del Cuerno, al sur del núcleo de la población, se hallaron restos prerromanos y
romanos que pudieron pertenecer al emplazamiento de la Clunia arévaca.
El nombre de la localidad parece provenir de la fusión de «Quintana Annaya», denominación con la cual aparece citada en los documentos
medievales.
La primera mención de la localidad es de 1048, en una donación de Fernando I de
León al
monasterio de
San Pedro de Arlanza, al cual estuvo vinculada durante varios siglos.
Quintanarraya es una villa con una población muy reducida en el
invierno, que se multiplica durante el
verano con la afluencia de los hijos del pueblo. No tiene grandes
edificios históricos ni espacios naturales de gran interés dentro de su término municipal, pero si que hay algunos sitios que se deben visitar.
Si hay un punto importante en el pueblo es la
plaza, con su gran
nogal. La
iglesia de San Pedro, construida a principios del siglo XVIII, sobre un templo
románico, con elementos arquitectónicos que abarcan desde el románico hasta el siglo XX y en la que destaca una
portada románica, una
capilla funeraria renacentista, varios
retablos barrocos y una portada neoclásica.
En una de las entradas del pueblo, está el
frontón y un
lavadero tradicional.
Otro de los lugares típicos de la localidad son las
bodegas,
cuevas excavadas en una colina guardan fresco el vino, y es tradicional ir a merendar a las mismas. Un lugar que apartado de las luces del pueblo es perfecto para ver el
cielo estrellado en la
noche.
Por Quintanarraya, en un precioso entorno, pasan las rutas históricas del
Camino del Cid y la Ruta de la Lana.