La verdad es que no vamos tanto como quisiéramos y eso que yo no me puedo quejar que voy muchos fines de semana en el tiempo bueno. Si no hubiera esos malos
rollos entre la gente y si todos nos portásemos con los demás como debiéramos no fastidiando al vecino, sino facilitando el pueda estar en este sitio a gusto, todo sería más fácil. Es un sitio especial, y en que todos los que hemos estado nuestra infancia y
juventud allí,
verano tras verano y fin de semana tras fin de semana, no podremos olvidar.
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