Aunque ha sido algo alterada a lo largo de los siglos la primitiva
fábrica románica de la
iglesia de
Santa Leocadia es todavía bien visible. Si al exterior se muestra en los grandes
arcos ciegos que animan sus muros, en el interior destaca la
bóveda de cañón apuntado reforzada por fajones que descargan sobre
capiteles decorados, en su mayoría, con sencillos motivos vegetales. La cabecera del
ábside se cubre con la típica bóveda de
horno oculta en la actualidad por un
retablo de estilo barroco.