Mientras en el hastial occidental destaca una rehecha
espadaña de dos troneras, bajo la que se abre una
ventana de
arco apuntado que ilumina el interior del templo, junto a la cabecera se alza un añoso y retorcido moral (Morus nigra) que, seguro que fue plantado, como era tradicional, el mismo día de la consagración del templo. Por lo tanto, su densa
sombra, con fama de milagrosa, lleva casi 900 años protegiendo a los vecinos de
Quintanarruz.