Al pie de la
Sierra de Oña en su vertiente sur, límite norte de la Bureba, a escasos metros de
Quintanaélez y cercano a la
carretera “Logroño-Santander”,
que recorre la parte norte de la Bureba, y en terreno desigual, encontramos
QUINTANILLA CABE SOTO, a 20 km de Briviesca y 60 de
Burgos.
Son sus vecinos Quintanaélez y Soto a muy escasa distancia,
Marcillo, la Sierra por el norte y
Navas de Bureba.
Su nombre aparece escrito por primera vez en el cartulario del
monasterio de
San Millán de la Cogolla en el año 1003 como “Quintaniella, sita inter Sotolengo
et Navas”.
Gozaba de la protección del rey, es decir, era lugar de realengo, como declararon sus pobladores en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la
Ensenada en 1752.
En el año 1848 habitaban el lugar 48 personas, como hace constar Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. En línea con la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, aprovechó la bonanza poblacional de la segunda mitad del siglo XIX para llegar a 1900 con 67 habitantes. Había comenzado ya su descenso en la dura primera mitad del siglo XX y presentaba en 1950 un censo de 52 habitantes. Lo cierto es que pocos años más tarde, aproximadamente en 1968 el
pueblo quedó totalmente vacío, de tal forma que Elías Rubio Marcos lo incluye entre sus “Pueblos del silencio”, y, aunque posteriormente ha sido reedificado
en parte para fines vacacionales y de fin de semana, termina el siglo sin habitantes en el año 2000