En cuanto a la estructura y técnica de la
iglesia, puede considerarse una de las de mayor empeño
monumental dentro de la
arquitectura visigoda conocida, aunque lo que se haya mantenido en pie sea la cabecera o
ábside y el brazo del crucero, mientras que lo demás debe restituirse por las huellas de las cimentaciones que aun pueden observarse.
A la vista de lo que hoy se alza en pie y los restos encontrados se puede afirmar que se se trataba de una iglesia, de ábside único cuadrado, con la presencia de un largo transepto finalizado en dos habitaciones o anexos (hoy desaparecidos) y un aula basilical de tres naves, separadas mediante pilares, siendo la nave central mas ancha que las laterales.
La existencia de las dos estancias laterales, en el transepto, apuntaría la posibilidad de un iglesia de tipo monástico.
La iglesia estaba muy compartimentada, creandose espacios cerrados mediante tabiques en su interior.
Precedia a la nave principal, un vestíbulo o
pórtico, flanqueado a su vez por dos pequeños espacios cerrados, en los laterales. Este pórtico triple, era de la misma anchura que la nave principal, lo que le daba mayor refuerzo en planta a una estructura de forma basilical.
El espacio interior como ya hemos dicho, muy compartimentado, se ilumina mediante unas pequeñas
ventanas altas y muy estrechas. En la cabecera, se abren ventanas abocinadas que iluminan el interior y la parte del crucero que queda en pie.