por Pedro Lozano
Huerta
San Andrés, Apóstol, es el titular de su
iglesia, de planta
gótica con añadidos renacentistas, de tres naves con
arcos y nervios de
piedra, de Diego Azas y Juan Esquivel, en 1588. El
ábside es rectangular con contrafuertes en
esquinas,
rosetón gótico cegado y canes lisos en
alero. La
portada es renacentista, alta, con
arco de medio punto moldurado, así como sus im-postas, pilastrones lisos y friso rematado en bolas y óculo. Y la
torre es en
espadaña, con una estructura rectangular añadida, rematada en cupulín, con tres huecos y dos
campanas.
La
pila es de copa lisa y se encuentra deteriorada; y el
retablo mayor es barroco, de Fernando Peña en 1686, salomónico, con imágenes y relieves. En otro barroco hay una
Virgen sedente con Niño y un San Pedro sedente del siglo XVI. En otro hay unas tablas de
Cristo en la
cruz y la Inmaculada del siglo XVI. Hay una
hornacina de piedra con Crucificado gótico del siglo XIV. Hay también un sagrario de piedra gótico, incompleto. Un San Juan Bautista del siglo XVI. Antepecho del
coro, renacentista. Enterramiento de clérigo con imagen de bulto (don Gonzalo de Soto, 1600).
Sus libros parroquiales dan comienzo en el año 1538.
Están catalogados en sus tierras un yacimiento arqueológico
Romano: un ara dedicada a las “Ninphae”, tres de época sin determinar y otros dos sin determinar posiblemente
Medievales. Además, uno posiblemente de Calcolítico, uno posiblemente Romano y seis posiblemente Medievales.
Entre ellos, sin duda, está el antiguo
castillo de Muñó, situado en sus tierras, en la altura, construido en el siglo X, importante en la
historia de Castilla, cabeza del Alfoz de Candemuñó.
Hay un
monumento al poeta José Zorrilla Moral, que pasó aquí temporadas, ya que su madre era natural de aquí.