De parrillas de hierro era el lecho fatal,
separadas entre ellas, para el fuego colar.
Le ordenaron las manos y los pies amarrar,
y luego lo obligaron en ese fuego estar.
102
Lo bañaron en fuego. Así lo oiréis contar.
Los esbirros planearon las llamas atizar
y avivaron el fuego sin hacerse esperar. ... (ver texto completo)
separadas entre ellas, para el fuego colar.
Le ordenaron las manos y los pies amarrar,
y luego lo obligaron en ese fuego estar.
102
Lo bañaron en fuego. Así lo oiréis contar.
Los esbirros planearon las llamas atizar
y avivaron el fuego sin hacerse esperar. ... (ver texto completo)
Las llamas eran vivas y ardientes, sin mesura.
Ardía el santo cuero en esa calentura
y hervían las entrañas en aquella tortura.
Quien planeó tal horror no se ahorre amargura.
104
«Pensad —dijo Lorenzo—. Volvedme al otro lado.
Buscad en la conciencia si estoy ya bien asado.
Pensad ahora en nutriros, pues os habéis dañado. ... (ver texto completo)
Ardía el santo cuero en esa calentura
y hervían las entrañas en aquella tortura.
Quien planeó tal horror no se ahorre amargura.
104
«Pensad —dijo Lorenzo—. Volvedme al otro lado.
Buscad en la conciencia si estoy ya bien asado.
Pensad ahora en nutriros, pues os habéis dañado. ... (ver texto completo)