La lavanda es una planta aromática semiarbustiva, habitual en muchos jardines mediterráneos. Su fácil cultivo hace que sea una elección segura en terrenos no muy ricos, como los secos y arcillosos. Hay más de 30 especies de lavanda, todas ellas pertenecientes a la familia de las lamiáceas. Sus perfumadas flores en forma de espigas de color lila azulado coronan sus largos y ramificados tallos.
Características y cuidados de la lavanda
La lavanda es una planta semiarbustiva de tallos leñosos, hojas perennes largas y estrechas, y pequeñas
flores de
color azul violáceo, con un cáliz tubular. Pero pese a su peculiar forma y color, la lavanda se conoce, sobre todo, por el fragante aroma que desprende.
Muy resistente, necesita mucha luz y sol directo, aunque en
invierno soporta bien las
heladas. Crece sin problemas tanto en zonas pedregosas y en terrenos secos y arcillosos, como en macetas
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